El Día de la Tierra, se festejó por primera vez en 1970. Fue un 22 de abril, y las intenciones claras de ese momento eran con el compromiso de mantener la pureza del aire y el medio ambiente. Fue una carta de intenciones sin compromisos formales, solamente llevados por la polución que comenzaba a sentirse en las grandes urbes.Por esa década los ecologistas eran tomados por personajes bohemios que abogaban por el verde y la vida sana. En este momento, la evidente reducción de los recursos naturales, la fiebre siempre presente de la deforestación, los deshielos, la degradación de la capa de ozono, han puesto a todos en estado de alerta. Para el colmo queda esta reflexión: el Día de la Tierra, ¿cómo se festeja? No hay público para aplaudir las bondades que todavía nos brinda el suelo que pisamos. Tal vez un momento de reflexión sobre la degradación del planeta sirva; hasta barrer la vereda puede ser positivo.También puede ser apropiado denunciar a los conductores de automóviles, muchos de ellos modelos nuevos, que expiden esmog a niveles enfermantes. Tal vez una forma de recordar ese día sería volver a plantearle a la Municipalidad asuncena sobre este flagelo que no termina, llámese colectivos chatarra o los miles de automóviles que necesitan reparaciones, como van a necesitar nuestros pulmones si todo sigue como hasta ahora.¿Cómo advertirles a los conductores de esos autos letales sobre el daño que están haciendo (y haciéndose) a la sociedad? Si lo único que parecen tener en los oídos es…, paradójicamente, tierra. Sinceramente, si hay alguna manera de festejar, recordar el Día de la Tierra, deberá ser poniendo algo a favor de ella, por pequeño que sea. Desde reparar esa canilla que gotea a disminuir drásticamente las bolsas de plástico en los supermercados.Norman Foster, un arquitecto de renombre que se distingue por sus construcciones de gran porte en todo el mundo, salió al paso con una frase ecológicamente correcta. Dijo algo así como que la sostenibilidad del planeta ya no es una “moda”, sino una cuestión de supervivencia. Y va más lejos al tener en cuenta el gasto energético que significa una ciudad mal urbanizada.También está hablando de proyectos – que parecen de ciencia ficción, por lo menos en nuestros paises , de que un buen servicio de transporte haría que la gente los utilice en vez de sus autos. Lo que reduciría la contaminacion. Esto, como se ve, es una manera de festejar el Día de la Tierra, que por el momento parece ser el día menos pensado.Según expertos, el ser humano tendrá que repensar su rol en el planeta ante el cambio climático y convertirse paulatinamente en un consumidor responsable; en pocas palabras, convertirse en parte activa a favor del medio ambiente. De ser posible, deberíamos tratar de que el Día de la Tierra sea todos los días, antes que entre en terapia intensiva.
También puede ser apropiado denunciar a los conductores de automóviles, muchos de ellos modelos nuevos, que expiden esmog a niveles enfermantes. Tal vez una forma de recordar ese día sería volver a plantearle a la Municipalidad asuncena sobre este flagelo que no termina, llámese colectivos chatarra o los miles de automóviles que necesitan reparaciones, como van a necesitar nuestros pulmones si todo sigue como hasta ahora.
¿Cómo advertirles a los conductores de esos autos letales sobre el daño que están haciendo (y haciéndose) a la sociedad? Si lo único que parecen tener en los oídos es…, paradójicamente, tierra. Sinceramente, si hay alguna manera de festejar, recordar el Día de la Tierra, deberá ser poniendo algo a favor de ella, por pequeño que sea. Desde reparar esa canilla que gotea a disminuir drásticamente las bolsas de plástico en los supermercados.
Norman Foster, un arquitecto de renombre que se distingue por sus construcciones de gran porte en todo el mundo, salió al paso con una frase ecológicamente correcta. Dijo algo así como que la sostenibilidad del planeta ya no es una “moda”, sino una cuestión de supervivencia. Y va más lejos al tener en cuenta el gasto energético que significa una ciudad mal urbanizada.
También está hablando de proyectos – que parecen de ciencia ficción, por lo menos en nuestros paises , de que un buen servicio de transporte haría que la gente los utilice en vez de sus autos. Lo que reduciría la contaminacion. Esto, como se ve, es una manera de festejar el Día de la Tierra, que por el momento parece ser el día menos pensado.
Según expertos, el ser humano tendrá que repensar su rol en el planeta ante el cambio climático y convertirse paulatinamente en un consumidor responsable; en pocas palabras, convertirse en parte activa a favor del medio ambiente. De ser posible, deberíamos tratar de que el Día de la Tierra sea todos los días, antes que entre en terapia intensiva.
